I Love Lucy, My Beloved Witch, Shérif, Fais-Moi Peur !... Tantos monumentos inofensivos de la televisión americana para los que William Asher fue uno de los directores más activos. Resulta aún más incomprensible que, en la última parte de su carrera canónica (¡empezó a dirigir en 1948!), firme Butcher, Baker, Nightmare Maker, un venenoso thriller psicológico y terrorífico que mezcla alegremente asesinatos sucios e incesto reprimido. Dominado en todo momento por la interpretación de Susan Tyrrell (Cry Baby, Forbidden Zone) como una tía que es más martillo que tarta, este bellamente elaborado thriller también adopta una postura bastante vehemente sobre la homofobia y el racismo latente en el seno de la policía rural estadounidense.