Primera película dirigida por el actor Kyle Butenhoff (quizá le haya visto en las series Mayans, Querida gente blanca y Dahmer), este pequeño thriller doméstico tiene mucho a su favor. A medio camino entre la claustrofobia y la paranoia, Laced evita brillantemente el maniqueísmo que pendía sobre su cabeza y se muestra lo suficientemente inteligente y desenvuelta como para resultar altamente eficaz, dejándonos febriles y tensos, con una gran gota de sudor frío recorriéndonos la espalda.