Con algo más de recursos y experiencia, el joven Buttgereit saca su pala para desenterrar una secuela de su maravillosa Nekromantik. Más larga, más ambiciosa y al menos igual de desquiciada, Nekromantik 2 se basa en la desastrosa historia real de la estadounidense Karen Greenlee, una embalsamadora necrófila que fue inculpada en los años setenta. Esta pútrida comedia romántica adopta a veces la forma de un laboratorio experimental: extrañas imágenes oníricas, humor soez y horror corporal lírico conforman un cuadro rico, abundante y excitante... Es una gran película indomable que va mucho más allá de la mera rareza de un bis y trasciende la curiosidad morbosa del espectador.