Relaxer trata de un tipo que juega al Pac-Man en su sofá y... ¿eso es todo? Sí, pero no. Sería inútil intentar resumir la película de Joel Potrykus. Inclasificable, repugnante, divertida e imprevisible, Relaxer muestra el aburrimiento sin aburrir y eleva la puesta en escena de la suciedad, la apatía y lo anodino al rango de arte total. A partir de un piso cutre y un pequeño puñado de personajes, el director crea un universo único, propio, y que fascina. No olvide ducharse después, pero esto es realmente bueno.