Puro producto de explotación trascendido por el talento de su director Toshiharu Ikeda y su guionista Takashi Ishii, Evil Dead Trap sigue siendo, a día de hoy, una experiencia visual extraordinaria. A partir de un argumento sencillo basado en un asesino enmascarado y las snuff movies (las cobayas no andan lejos), la película cultiva una fiebre por los sentidos que atrapa al espectador para un descenso a los infiernos barroco y psicodélico. Años más tarde, películas como Saw y Maligno tomarían prestadas muchas ideas de esta obra vanguardista, perversa e inclasificable, con sus deliciosos tufillos a slasher y giallo, realzados por una banda sonora que recuerda inmediatamente a las composiciones de Goblin para Dario Argento.