Edgar Wright (guionista y director) y Simon Pegg (guionista y actor principal) consiguieron, hace casi 20 años, establecer un nuevo estándar para la comedia de terror, reinterpretando los códigos de la comedia romántica con una invasión zombi como telón de fondo. Su profundo amor por el género hace que la película funcione a pleno rendimiento, sin sacrificar nunca el terror por el humor, atreviéndose con el gore craspec cuando es necesario y citando abierta pero discretamente a Romero, Carpenter, Fulci y otros grandes. Zombies Party, con su galería de magníficos perdedores y su sentido único del ritmo y el tono, se ha convertido en un clásico de culto, sentando inconscientemente las bases de lo que se convertiría en la famosa trilogía del Cornetto, y es un milagro instantáneo.